Comentario
De cómo el gobernador habló a los oficiales y les dio aviso de lo que pasaba
Luego el gobernador mandó juntar los oficiales y clérigos, y siendo informados de la relación de los indios xarayes y de los guaraníes que -están en su frontera, fue acordado que con algunos indios naturales de este puerto, para más seguridad, fuesen dos españoles y dos indios guaraníes a hablar los indios xarayes, y viesen la manera de su tierra y pueblos, y se informasen de ellos de los pueblos y gentes de la tierra adentro, y del camino que iban dende su tierra hasta llegar a ellos, y tuviesen manera cómo hablasen con los indios guaraníes, porque de ellos más abiertamente y con más certeza podrían ser avisados y saber la verdad.
Este mismo día se partieron los dos españoles, que fueron Héctor de Acuña y Antonio Correa, lenguas e intérpretes de los guaraníes, con hasta diez indios sacocies y dos indios guaraníes, a los cuales el gobernador mandó que hablasen al principal de los xarayes, y le dijesen cómo el gobernador los enviaba para que de su parte le hablasen y conosciesen, y tuviesen por amigo a él y a los suyos; y que le rogaba le viniesen a ver, porque le quería hablar, y que a los españoles los informase de las poblaciones y gentes de la tierra adentro y el camino que iba dende su tierra para llegar a ellas; y dio a los españoles muchos rescates y un bonete de grana para que diesen al principal de los dichos xarayes; y otro tanto para el principal de los guaraníes, que les dijesen lo mismo que enviaba a decir al principal de los xarayes.
Otro día después llegó al puerto el capitán Gonzalo de Mendoza con su gente y navíos, y le informaron que la víspera de Todos Santos, viniendo navegando por tierra de los guaxarapos y habiéndoles hablado y dádose por amigos, diciendo haberlo hecho así con los navíos que primero habían subido, porque el tiempo de vela era contrario, habían salido a surgir los españoles que iban en los bergantines, y al doblar de un torno a vuelta del río, donde se pudo dar vela con los cinco que iban delanteros, el que quedó detrás, que fue un bergantín donde venía por capitán Agustín de Campos, viniendo toda la gente de él por tierra sirgando, salieron los indios guaxarapos y dieron en ellos, y mataron cinco cristianos, y se ahogó Juan de Bolaños por acogerse a un navío, viniendo salvos y seguros, teniendo los indios por amigos, fiándose y no se guardando de ellos; y que si no se recogieran los otros cristianos al bergantín, a todos los mataran, porque no tenían ningunas armas con que se defender ni ofender. La muerte de los cristianos fue muy gran daño para nuestra reputación, porque los indios guaxarapos venían en sus canoas a hablar y comunicar con los indios del puerto de los Reyes, que tenían por amigos, y les dijeron cómo ellos habían muerto a los cristianos, y que no éramos valientes, y que teníamos las cabezas tiernas, y que nos procurasen matar y que ellos los ayudarían para ello; y de allí adelante los comenzaron a levantar y poner malos pensamientos a los indios del puerto de los Reyes.